Mirando el mar, ese aire y esa sal
Trajeron tu recuerdo a estas playas
Que ya son lejanas
Bares con tu nombre
Qué forma más lirica de abandonar esta triste agonía
Querida Alfonsina
Poetisa inigualable
Alma que aun vive
Pasos enormes para andar
Él llamó y le dijeron que te habías ido
Con ella
La soledad
La que te acompaño desde siempre hasta el fin
Sin dejarte nunca sola
Viendo tus pies deambular sobre la arena
Se entremezcló con el viento respirando tus cabellos
Y el holgado vestido, danzando al son de las olas
Y tu mirada vaga prendida a esa paz
Esa paz
Paz
Paz eterna
La paz eterna que da descanso
Descanso del mundo
Tan tentador es seguir tus huellas en la arena
Acompañarte
Comprender la fosforescencia de caballos marinos
Danzando en ronda en tu redor
Fue ahí cuando la soledad dejo de acompañarte
Te dejo
Libre
Libertad Alfonsina!
Libertad!
asco....si es un asco.....ya fue......para todos los que votaron por mi....no los voy a defraudar....mmjjjj...mano a mano andan las vacas con los trabas, salen de paseo en ojotas de gala, y con cara de cerdos capitalistas que bifurcan la vida entre el hedonismo(no del bueno justamente)y el mal gusto.....esteeeeeeeee.....
say no mores maiorum
jueves, 11 de junio de 2009
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che... mantenete alejada del mar en lo posible...
ResponderEliminarSeba
Alfonsina Storni <3
ResponderEliminarPoema Frente Al Mar de Alfonsina Storni
Oh mar, enorme mar, corazón fiero
De ritmo desigual, corazón malo,
Yo soy más blanda que ese pobre palo
Que se pudre en tus ondas prisionero.
Oh mar, dame tu cólera tremenda,
Yo me pasé la vida perdonando,
Porque entendía, mar, yo me fui dando:
«Piedad, piedad para el que más ofenda».
Vulgaridad, vulgaridad me acosa.
Ah, me han comprado la ciudad y el hombre.
Hazme tener tu cólera sin nombre:
Ya me fatiga esta misión de rosa.
¿Ves al vulgar? Ese vulgar me apena,
Me falta el aire y donde falta quedo,
Quisiera no entender, pero no puedo:
Es la vulgaridad que me envenena.
Me empobrecí porque entender abruma,
Me empobrecí porque entender sofoca,
¡Bendecida la fuerza de la roca!
Yo tengo el corazón como la espuma.
Mar, yo soñaba ser como tú eres,
Allá en las tardes que la vida mía
Bajo las horas cálidas se abría…
Ah, yo soñaba ser como tú eres.
Mírame aquí, pequeña, miserable,
Todo dolor me vence, todo sueño;
Mar, dame, dame el inefable empeño
De tornarme soberbia, inalcanzable.
Dame tu sal, tu yodo, tu fiereza.
¡Aire de mar!… ¡Oh, tempestad! ¡Oh enojo!
Desdichada de mí, soy un abrojo,
Y muero, mar, sucumbo en mi pobreza.
Y el alma mía es como el mar, es eso,
Ah, la ciudad la pudre y la equivoca;
Pequeña vida que dolor provoca,
¡Que pueda libertarme de su peso!
Vuele mi empeño, mi esperanza vuele…
La vida mía debió ser horrible,
Debió ser una arteria incontenible
Y apenas es cicatriz que siempre duele.