Ayer alguien me dijo "Mañana es el día en que nació Belgrano. En Argentina solo se festejan las muertes". WOO que golpe! no me había dado cuenta de eso y lo peor de todo es que ignoraba que hoy 3 de junio nació uno de los hombres que más hizo por nuestro país.
Así es la sociedad argentina, espera a que las personas mueran para decir "che que buen tipo que fue" (mejor ejemplo que Alfonsín no se me viene a la mente en este momento) y cuando la persona es alimento para los gusanos es cuando le tiramos flores, que ya no son lindos ramos de rosas sino tristes coronas de sepelio.
Caso triste el de Belgrano:fue un
intelectual,
abogado,
economista,
periodista,
político y
militar de las
Provincias Unidas del Río de la Plata, actual
Argentina. Participó de la
guerra de la Independencia y es el
creador de la Bandera de Argentina.
Fue además secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires y vocal de la Primera Junta de Gobierno. Como diplomático viajó a Europa para negociar el reconocimiento de la independencia por las potencias de ese continente.
La educación fue una de sus principales preocupaciones: para ello elaboró durante su estadía en España un plan de acción con avanzadas ideas sobre la misma.
Fundó varios colegios, incluso para mujeres.
Llegó a Buenos Aires en plena "anarquía del año veinte", ya seriamente enfermo de hidropesía. Esta misma enfermedad lo llevó a la muerte, el 20 de junio de 1820, en momentos en que arreciaba la crisis política en la Capital; ese día es recordado como Día de los tres gobernadores.
En el lecho de muerte fue examinado por un médico que lo atendió en su casa, al no poder pagarle por sus servicios, pues en ese momento estaba sumido en la pobreza, quiso darle un reloj como pago, ante la negativa del galeno a cobrarle, Belgrano tomó su mano y puso el reloj dentro de ella, agradeciéndole por sus servicios.
Una de sus últimas frases fueron de esperanza, a pesar de los malos momentos que pasaban tanto él como su patria:
"...
sólo me consuela el convencimiento en que estoy, de quien siendo nuestra revolución obra de Dios, él es quien la ha de llevar hasta su fin, maniféstándonos que toda nuestra gratitud la debemos convertir a su Divina Majestad y de ningún modo a hombre alguno."
Murió en la pobreza, a pesar de que su familia había sido una de las más acaudaladas del Río de La Plata antes de que Manuel Belgrano se comprometiera con la causa de la independencia.
En medio de la crisis que se abatía sobre la provincia de Buenos Aires, su fallecimiento pasó prácticamente desapercibido. El único periodista que prestó debida atención a ese hecho fue el fraile franciscano Castañeda.
Cumpliendo con su última voluntad, su cadáver fue amortajado con el hábito de los dominicos y fue trasladado desde la casa paterna en la que murió (actual avenida Belgrano, nº 430) al Convento de Santo Domingo, recibiendo sepultura en un atrio. El mármol de una cómoda de su casa sirvió de lápida para identificarlo.
El 4 de septiembre de 1902, una comisión designada por el presidente de la Nación, Julio Argentino Roca, procedió a exhumar los restos para trasladarlos a la urna que sería depositada en el monumento que se inauguraría en octubre de ese año en el mismo atrio de Santo Domingo. Dicho monumento se construyó por suscripción popular.
Manuel Belgrano aparece en un importante número de billetes de la historia numismática de Argentina. Su primera aparición en billetes fue en los
Pesos Ley 18.188, en los billetes de uno, cinco y diez pesos. En el
Peso argentino se le reservó el billete de 10.000. Para los billetes del
Austral se eligió a un conjunto de próceres que no incluía a Belgrano, aunque en 1991 los billetes de 10.000 pesos argentinos fueron resellados para circular como australes. El
Peso convertible incluye a Belgrano en los billetes de 10 pesos, las series de 1997 y 2002 sólo modificaron detalles menores.
Realmente triste triste triste triste, tánto que dio por el país, tánto que le debemos en logros y en dinero (gasto todas sus pertenencias a causa de ver mejor a su nación), y ¿Así le pagamos? Esperamos a que lleve varias décadas muerto para decir "eh hagámosle un homenaje" o "pongamoslo en un billetito ", dónde estabamos cuando no tenía cómo pagarle a su médico, dónde estabamos cuando buscaba a poyo para sus proyectos, dónde...
Somos desgraciadamente una cultura de la muerte, una sociedad superficial que sólo se da cuenta lo que tiene cuando lo pierde o cuando otros lo codician. ¿Qué le pasó a Favaloro? ¡Lo mismo! ¿Cuántas personas le deben la vida ? Millones. ¿Cuánto le debe el Estado? Millones. Nadie se acordó del que hizo mucho por la Argentina, que a pesar de tener miles de ofertas en el extranjero , él volvió a honrar a su país, un país que le dió la espalda y lo vio perder el aliento sin que se turbara un hilo de culpa.
Qué cantidad de gente que se entrega día a día y nada se le reconoce, qué cantidad de escritores, científicos, humanistas que se van del país porque se ven desamparados e ignorados (y cuando tienen éxito en otros paises decimos "ese es argentino") y cuántos deben esperar morir para que se diga su nombre con honor (esto me hace acordar a lo que decía Horacio).
No hay que esperar a que estén demasiado lejos para llamarlos ni esperar a que estén bajo tierra para elevarlos.
Acotaciones y ejemplos son bienvenidos (creo que tiré demasiados disparadores jaja).
Esto está dedicado a IVO (que bardea sin saber que el blog también es mío y yo me intereso en temas polémicos) y a Lean por el comentario de ayer :)
PD: Perdón si hay errores, esto está escrito rápido porque me tengo que ir a comer jaja ...
(fuente wikipedia.com)

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Nana>>>>>>>>>>>>>>>>>>>...
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